Boston 1967: La carrera por los derechos de la mujer.


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Hay imágenes que se repiten en nuestra vida y que llegamos a interiorizar. Todos recordamos a la niña vietnamita desnuda, huyendo del napalm. Suelen ser imágenes traumáticas las que quizás por esa relación que mantenemos los humanos con la violencia, tienen mayor facilidad para grabarse en nuestra memoria. Al lado de ellas, se almacenan miles de recuerdos vinculados a casi todos los sentimientos de que el humano dispone.   ¿Tienen los sentimientos imagen? Sigue leyendo

La vida nos lleva, mientras la muerte nos arrastra al sobresalto.


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Nos conduce por las laderas hacia las cimas, esquivando los barrancos, es la muerte la que nos empuja al vacio o nos sumerge en las simas, en el mar profundo, de los profundos, y allí nos encadena, si no caímos ya durante el sobresalto. Sigue leyendo

El hijo del diputado.


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Tiene razón Felipe González, un niño no tiene por qué aguantar un escrache. Tampoco tienen por qué sufrir el conocimiento de que uno de sus vecinos, si no ellos mismos, han sido desalojados de su casa por no poder afrontar la hipoteca o el alquiler debido a unas clausulas abusivas. Sí nuestros representantes quisieran defendernos, no deberíamos soportar ese ignominioso desequilibrio entre las entidades financieras y cada uno de nosotros. Sigue leyendo

Que tinguem sort


El martes es el día H, pero en el curso de la madrugada dejaremos de emitir desde esta estación sita el bello paraiso de Cospelandia, nación diferida y simulada, república de los «anarquistas de derecha» – y que me perdonen los libertarios – «los to pa mí», donde al morir de hambre le llaman tener una oportunidad.

Agradecer  a todos  y a todas, vuestro amor, país donde no cursa moneda alguna.

Así que no tengo más que desearos que tinguem sort. (i molta salut)

Dedicado al hombre del bisturí y su equipo.

Sierra y Libertad

Pedro Peinado, Serranía de Cuenca. 18 de marzo de 2013Imagen

Cuarto Ciclo


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Una señora desgarra la sala. Sois más de cuarenta o cincuenta personas allí. Al llegar te han asignado una cama de las reservadas a los internos en vez de la butaca. La noche anterior, la pasaste de nuevo en el limbo de los ausentes. Gastando corriente, al precio que va. Conversabas con las musarañas y como tantas veces en tu vida te burlabas de la muerte. Cuando te dijeron que tenías cáncer, no te vino de nuevo. Sigue leyendo

23 F


tejeroUn día como hoy, en Madrid, cumpliendo con el Servicio Militar. En la jura de bandera, un mes  antes, el general que dio el discurso homenajeo al dictador. Se negaba a retirar el retrato de Franco y no sé si el de José Antonio de los edificios militares. Sería impensable que un militar en la actualidad hiciera un discurso así en un acto oficial. La gente aún aplaudía el fascismo.

Nos llegó la noticia como a casi todo el mundo por radio. Me tocaba retén, así que nos proveyeron de munición y cetme y a vigilar el interior del cuartel, todos llevábamos a escondidas nuestra radio.  A partir de las seis de la tarde empezaron a llegar los vehículos de los oficiales y suboficiales que no estaban de servicio. Se reunieron en las dependencias y allí estuvieron reunidos entre cafés y licores esperando el devenir de los acontecimientos.

A las nueve nos formaron. Nuestra unidad solo saldría en caso de emergencia para defender la central nuclear de Zorita. Así que no fueron partícipes del golpe a pesar de la arenga de algún suboficial amante del gris. Sí que salieron de otros cuarteles vecinos, pared con pared, en Campamentos. Cerca de nosotros se alojaba una unidad de tanques que asaltaría las estaciones de radio. Llevaban todo el día con los tanques en marcha hasta que se les dio la orden de salir.

La tropa estaba bajo un estado de shock y todos empezaron a comunicar con sus familias. La mayoría estaba dispuesta a hacer lo que nos mandaran. Otros no lo teníamos claro, así que con cuatro más, habíamos previsto darnos a la fuga en el caso de que la cosa se pusiera fea. Íbamos a esperar a la media noche en la que nos encontraríamos, para tomar la decisión. No hizo falta.

Espero que la gente pueda hoy manifestarse en paz y que no haya incidentes. Lo tendré que ver por la pantalla. Jode estar malito.

Pedro Peinado. Serranía de Cuenca, 23 de febrero de 2013

Beatriz Talegón


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Beatriz Talegón

Tiene 29 años. Es inteligente. Formada en derecho y música. Ha ejercido diversas responsabilidades en los movimientos sociales, en las instituciones y en las juventudes socialistas. Cobra 1500 € netos y vive en Viena, donde su sueldo se le debe ir en el alquiler y la barra de pan. Tiene tirón mediático por naturaleza, habla y gesticula bien, cuestiones precisas para la comunicación mediática. Y suena sincera. Sigue leyendo

Pitos Reales.


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Ayer se celebró la final de la copa de baloncesto en Vitoria. Justo, se anunciaba la entrada en el palco del Jefe del Estado, cuando el pabellón le dedicó una sonora pitada. El locutor no hizo comentario alguno de lo que sucedía. Durante el descanso del partido, hubo un segundo incidente. Recibía el rechazo del público el Ministro de Tauromaquia. Entregaba el trofeo al equipo infantil del Real Madrid ganador de la versión mini de la Copa del Rey. El abucheo anegaba las voces de los locutores. Rápido, el conducente de la retransmisión dijo algo así como que los niños se iban a acostumbrar rápido al recibimiento de una afición rival, queriendo desviar la atención del espectador y vincular los silbidos, no a su receptor real, Wert, sino a los pequeños madridistas, con un claro objetivo de desinformar de lo que sucedía a un palmo de sus narices. Durante la retransmisión no hubo comentario alguno sobre los dos sucesos. ¿Es periodista aquel que se inhibe de informarnos de lo que sucede y que cobra del erario público? Sigue leyendo

Hospital de día. Tercer ciclo.


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Se acentúan las molestias. Sientes que la pierna derecha empieza a fallar. Se inicia con un ligero arrastre. Algún tropezón inoportuno, casi caes y no te lo explicas. Cansado de la sobrevenida torpeza, te descalzas y miras el pie que provoca la pata chula. No puedes elevarlo. A pesar de que conscientemente ordenas y tensas tus músculos para moverlo en la dirección deseada, no obedece. Te preguntas por qué solo se afecta uno y no el otro, y piensas que no es a causa del tratamiento, de serlo, el izquierdo también desobedecería tu orden, pero el izquierdo no. Obedece. La doctora te hará andar por el pasillo. Quitará importancia. Es la quimioterapia, dirá, y de continuar así deberán moderar la dosis. Sigue leyendo